¡Qué bonito es hablar del Amor! Sin embargo, cuánto uso, abuso, falsificación, manipulación, adulteración y banalización, incluso consumismo,  se producen con esta maravillosa palabra.

Estamos demasiado influenciados por la literatura, el cine, la música, la historia,… que nos reportan a  continuos clichés  que desvirtúan y empobrecen nuestra relación con la palabra.

Para empezar, no sabemos diferenciar adecuadamente dos palabras: AMOR y AMAR. La primera es el sustantivo y la segunda la acción. Una lleva a la otra, una sin la otra no sirven para nada, carecen de total significado por sí mismas y en solitario. Erich Fromm, en su excelente El Arte de Amar, libro que debería ser de lectura obligatoria, define el Amor de la siguiente manera: “El Amor no es un sentimiento pasivo, sino una habilidad activa que requiere esfuerzo y dedicación”. Y el profesor Rojas Marcos remata la definición con esta frase de su libro Amor Inteligente: “El amor es un sentimiento trabajado con el corazón y apoyado con la cabeza”. Para Rojas Marcos, el Amor abarca  un sentimiento tridimensional: cabeza, cuerpo y transcendencia. Por tanto, el Amor es un arte y como todo arte exige un aprendizaje, traemos al nacer en nuestro interior la semilla del Amor, pero para pasar a la acción, Amar, requiere un esfuerzo de camino, constancia, voluntad y compromiso.

Amar a una persona es creer en ella, fiarse de su condición y brindarle lo mejor que en cada momento podemos dar. Lo mejor para ella es ayudarla a ser libre y aproximarla a verdad. El Amor verdadero es tratar a la otra persona de forma excepcional y donde más se desarrolla esta sensación es en el llamado Amor Conyugal, que es el más influido por toda la parafernalia mediática; el amor romántico, el amor cortés, el amor pasional, han influido de forma poco positiva y, a veces de forma negativa, en la auténtica relación conyugal. Una relación conyugal exige una visión de futuro, de mirar más allá, de levantar la mirada, juntos, y ver el fondo del horizonte. Por ello, es tan importante hablar de transcendencia en una relación conyugal. Si vamos a la definición propia de transcendencia, que proviene del latín y significa buscar subiendo, porque está demostrado que las personas con relaciones conyugales con fondo espiritual o transcendental son muy firmes.

Para tener éxito en una relación conyugal se precisa que los dos miembros piensen en ello como si fueran un equipo. Sí, del mismo modo que hablamos de equipos deportivos, profesionales, laborales, etc… debemos pensar que una relación conyugal de pareja, de matrimonio, es decir conyugal, para tener éxito debe funcionar como un equipo de Alto rendimiento. Su objetivo será conseguir estabilidad, metas altas, continuidad alargada en el tiempo, mirar juntos en la misma dirección, de forma que solo un trabajo diario constante y con voluntad permita logar el éxito.

Con el objetivo de lograrlo se necesitan pone en juego cinco cualidades, las llamadas y conocidas como las 5 c’s que permitan logar una armonía entre sus miembros, sumando esfuerzos y habilidades de forma conjunta. Estas 5 c’s son:

.- Compromiso

.- Coordinación

.- Comunicación

.- Confianza

.- Complementariedad  

No hay una parte más importante que otra, todas y cada una fortalecen el compañerismo, sirven de unión a una relación estable y duradera en el tiempo, suponen un reconocimiento de lo valioso que es cada parte y que juntas forman un todo, son un ejemplo para los hijos y para los que están más cercanos a sus alrededor.

Un amor inteligente en la relación conyugal necesita y triunfa gracias a formar un equipo inteligente, al fin y al cabo el Amor se define con la frase de San Agustín:

AMA Y HAZ LO QUIERAS

 

Jesús Mª Pérez Santos

Coach