En los últimos Juegos Olímpicos que parecía iban a  ser marcados por el tema del COVID y, en parte, así  ha sido, sin embargo lo que más ha llamado la atención fueron los diferentes problemas que, de tipo emocional, han tenido varios deportistas y que saltaron a la luz pública con el tema de la gimnasta norteamericana Simon Biles. Esta campeona, un icono no solo deportivo sino también de otras actividades no compitió hasta el final debido a la tremenda presión mental, social y emocional a la que estaba sometida en los últimos años y que la llevó a un bloqueo físico y mental que la dejó hundida. Su caso no hizo más que poner luz y taquígrafos a un problema que estaba y está muy escondido en el mundo del deporte de altísimo nivel, las tremendas presiones a que se ven sometidos estos deportistas, hombres y mujeres, para conseguir resultados. Son personas que a nivel social sirven como ejemplo, bueno o malo, para grandes capas de la población, en especial el mundo adolescente y juvenil, como las caras visibles del éxito y del triunfo en la vida. Los casos que poco a poco van surgiendo y pasando a ser visibles muestran que más allá de los focos y de la exposición mediática, hay seres humanos con una capacidad de sacrificio y esfuerzo que no están a la mano de la gran mayoría de los mortales y que exigen un precio tan alto que, en ocasiones, lleva a auténticos dramas personales. Porque para  lograr el éxito en cualquier aspecto de la vida es necesario no sólo una gran capacidad atlética o intelectual, es necesario e imprescindible que ello vaya acompañado por un adecuado equilibrio emocional y esto, desgraciadamente, no se entrena y ni siquiera se tiene en consideración. Es muy difícil gestionar un éxito y mucho más difícil gestionar un fracaso, en un mundo en que solo se mira a los ganadores, a los que triunfan, nadie se da cuenta ni se acuerda de los que se quedan en el camino… que son la gran mayoría. Y del precio que se paga solo por estar ahí.

Pero, no debemos quedarnos solo en los caso de los deportistas de élite, la vida diaria de la gente que llamamos “normal”  está llena de grandes esfuerzos y sacrificios cuyos resultados no son, en muchas ocasiones, los que buscamos o pretendemos. Esta pandemia que parece no tener fin ha puesto a prueba nuestras fortalezas emocionales y nos han demostrado que nos falta mucho camino por recorrer en nuestro mundo emocional. Durante muchos años y siglos nos hemos preocupado mucho por todo lo exterior a nosotros, hemos logrado tremendos avances en ciencia, en artes, en conquistas sociales,  incluso el ser humano ha puesto un pie en la Luna y, por el contrario,  hemos abandonado la parte más importante de la vida: nuestro yo interior. Si éste no está equilibrado, nuestra Vida no está equilibrada. Y necesitamos ayuda para ello y no queremos o no sabemos ver este problema, es preciso que alguien nos guíe, nos encamine, nos ayude a encontrarnos como seres humanos, nos ponga en el punto y lugar en que cada uno de nosotros saque lo mejor de sí mismo.

Aquí es donde estamos los Coach’s de la Asociación Profesional de Coach de Castilla y León, mujeres y hombres profesionales con disposición a acompañar, a guiar, a acompañar en esos procesos personales en los que hay que cuidar y gestionar lo más importante que tenemos: nuestro mundo emocional y mental interior.  Guiamos en tener una clara visión de los retos, de las ideas, de los comportamientos que marcan nuestra vida y en aceptar nuestras posibilidades y limitaciones para sacar lo mejor que se lleva dentro y usarlo con un fin concreto y exitoso.

ESTAMOS PARA AYUDARTE A SER LO QUE ESTÁS LLAMADO A SER

Jesús Mª Pérez Santos

Coach