La existencia de los seres humanos está marcada, en muchos aspectos, por tres fuerzas o visiones que nos permiten enfrentarnos a ese gran dilema que llamamos VIDA, son el Ser, el Hacer, el Tener. Nuestra vida es una continua transformación que, en ocasiones, no produce los resultados que pretendemos. Y ello es debido muy frecuentemente a como colocamos estas tres acciones en nuestro caminar existencial, en qué orden de prioridad y acción ponemos cada una de ellas. Es una de las claves de nuestra plenitud, de nuestra felicidad. En el libro bestseller: Conversaciones con Dios, de Neale Donald Walsch, se analizan estas situaciones. Normalmente las colocamos en el siguiente orden: primero Tener, para luego Hacer y al final, Ser. Obviamente no es la secuencia adecuada, porque nos centramos mucho en tener, cosas materiales principalmente, porque a partir de ahí podremos hacer aquello que nos gusta o nos ilusiona y con todo ello terminamos siendo algo. Es decir, nos valoramos a nosotros mismos y nuestra posición en la sociedad en función de aquello que tenemos y hacemos, porque así somos algo o alguien. Esto nos lleva a no estar contentos con nuestra existencia porque no tenemos lo que queremos o nos gustaría, provocando inseguridades, miedos, bloqueos, porque nos sentimos inferiores o no realizados. Solamente a partir de nuestro conocimiento interior, lo que Somos, podremos salir hacia fuera, Haciendo aquello para lo que estamos verdaderamente más capacitados y, a partir de ahí, lograremos Tener lo que nos hace dichosos y plenos. No es una actuación sencilla, porque exige darnos cuenta de algo esencial, no somos un reflejo de la sociedad, somos un reflejo de nosotros hacia la sociedad, somos personas únicas, irrepetibles, dignas y solo siendo así nos sentiremos realizados, dichosos, felices. En un momento social donde se impone y mucho la presión externa, donde queda muy diluida nuestra capacidad de elección o simplemente de pensamiento, es muy necesario y casi imprescindible que demostremos y mostremos lo que somos para sacar del foco tanto del Tener, para lograr los resultados que yo puedo en relación a aquello que Soy y necesito Ser. Solo a través de pequeños cambios en nuestro interior lograremos una transformación, porque en la base somos unos pensamientos, que generan unos sentimientos, que nos llevan a una forma de actuar y a unos resultados. Por eso, los resultados, en muchas ocasiones, no se corresponden con nuestros deseos más íntimos, si no somos lo que queremos y verdaderamente Somos, nos sentiremos vacíos y desorientados. Necesitamos mirarnos al espejo y preguntarnos si la persona que vemos reflejada es quién queremos ser. Porque, muy frecuentemente, lo que vemos es un personaje, un actor que interpreta un papel, y que puede interpretarlo muy bien, pero que no es el papel que queremos interpretar. Tenemos que tener presente que, en la actualidad, somos el resultado de las decisiones que hemos tomado, pero eso no condiciona nuestro futuro y lo que ocurra en ese futuro en una acción particular de cada persona y, todo ello, sin miedo, porque parece que no confiamos en nuestras capacidades y siempre nos estamos comparando con los demás y está claro que todos tenemos en nuestro interior un poder de plenitud y capacidad absolutas. Cuando vemos la Vida como un desarrollo de mi Ser y trato de vivirla con alegría y plenitud siendo yo mismo y quién estoy llamado a Ser, todo lo demás vendrá por sí solo.
Los profesionales de la Asociación de Coaching de Castilla y León ayudamos a las personas y grupos a Ser y sacar lo mejor de cada uno, buscando la plenitud y permitiendo que coloquemos adecuadamente la ecuación: SER, HACER, TENER.
En nuestra charla en Reflexiones en Voz Alta hablamos sobre este tema, si quieres verlo pulsa aquí
Jesús Mª Pérez Santos
Coach
Deja tu comentario